El asado.
En la cálida noche,
El fuego iluminaba
Y doraba la carne.
Conversábamos en rueda,
En ancestral lenguaje.
La cruz del sur nos vigilaba
Y la Sierra de las Ánimas
Servía de testigo
A aquella escena,
Mezcla de amor de familia
Amor de pareja,
Y la comunión única
Con un instinto primitivo,
Observar el fuego y su magia.
El humo, de aroma dulzón,
Sabía a carne asada,
Y el silencio de la noche
Sólo era roto por el crujir de las brazas.
Juanjo Braida 2013