martes, 6 de mayo de 2014

Algún día -pasado nuestro invierno-,
nos encontraremos allí,
justo a un lado de tus sueños,
a orillas de mis desvelos.
Será tu cuello alimento de mis labios,
serán tus senos almohada de mis sueños,
serán mis ojos, testigos de tu fuego.
Algún día -muerta ya la hipocresía-
desnudaré la poesía de tu cuerpo,
desandaré los pasos errados,
kilómetros de tiempo,
perdido y en vano.
Algún día, aburridos de nacer tan solos,
de morir tan pobres,
de vivir tan poco,
arrancaremos los candados de los miedos
dejando entreabiertas las puertas del cielo,
para así, abrazados y en silencio,
matarnos de un beso,
volvernos cenizas,
tan polvo, tan cielo.

Juanjo Braida 2014®