Amo a mis ausentes fantasmas, y es un amor racional y justificado; son el siempre presente enlutado cortejo marchante, a toda hora, constante compañía. ¿Cómo no amar tanta fría fidelidad, tanto indiferente dolor?
Si al fin, su eterno no irse, viene a confirmar con cruel certeza, el amor que en secreto me profesan.
Juanjo Braida 2013®