miércoles, 13 de enero de 2021

Presencia.

Presencia.

Estaba ahí, 
curaba mis heridas físicas 
laceraciones de un golpe 
que apenas se comparan 
con las heridas internas 
que también me estaba sanando. 
Estaba ahí, 
y mientras sus manos limpiaban mis heridas, 
mis ojos sangraban con vergüenza, 
aquellos que parecían ciegos, 
hoy eran obligados a ver una realidad 
que dolía más que los golpes, 
dolía pecho adentro, 
en la injusticia de los errores. 
Ella estaba ahí, 
y el orgullo hubiera preferido que no 
para no tener que matarse a si mismo 
y llamarse a silencio. 
Que profunda la tristeza de saberme equivocado 
y que enorme la alegría al mismo tiempo. 
Estaba ahí con todo su amor, 
cuando ni yo mismo 
había aprendido a dar tanto. 
Estaba ahí, 
y mi conciencia me hablaba al oído 
ensañándome una lección de amor y de humildad.

Juanjo Braida 2021