sábado, 15 de agosto de 2020

Inmortales.

Inmortales.

Que curiosa la agonía de los besos
que se quedan colgados de los labios
y ni el tiempo puede deshacerse de ellos.
Aparecen cuando crees que se han muerto
rompiendo la distancia de los años,
se levantan a si mismos y caminan
por los vacíos pasillos donde habita el desengaño.
A qué eterno purgatorio son condenados
que ni mueren, ni viven, ni se van, ni se olvidan,
sobreviven al desgaste de los calendarios
como suicidas condenados a vivir por siempre,
son vestigios de una energía
que debió apagarse con el último te quiero,
con el ultimo aliento exhalado
del cadáver de un difunto amor eterno.

Juanjo Braida 2014©
(foto Anna Hurtig)