miércoles, 16 de diciembre de 2020

La sombra de la leona

La sombra de la leona.

XVIII

Cada noche, entre desvelo y desvelo, 
me pregunto si acaso tus caderas 
extrañaran mis brazos entrelazados, 
me pregunto también si te faltan
el amor y el sudor de la noche,
una pizca de sueños malgastados
y el profundo silencio de los besos.
Saberte tan impunemente bella,
arraigada a la memoria colectiva
de ésta cama mía que te sueña,
y que a ratos, cuando la luna se marcha,
te nombra en notas bajas,
en un agudo quejido de resortes,
porque el faltante vital de tu peso
la ha herido mortalmente como a mi.
Dónde si no acá, 
en éste rincón del infierno,
podrá tu hielo hacer mas daño,
dónde dormirá tu olvido,
qué sabor tendrán ahora tus besos,
con qué piel se abrigarán tus pechos,
en qué cama encenderás tu fuego,
y a qué ciego le darás el cielo de tus ojos.

Juanjo Braida 2013©